miércoles, 16 de octubre de 2013

Cómo hacer muesli casero

¡Buenos días!

Una mañana más en Matías queremos compartir nuestra afición por el desayuno con una receta saludable donde las haya, esta receta para hacer muesli casero es facilísima de hacer, además puedes conservarla en recipientes herméticos en tu despensa durante más de dos meses.

El muesli es, para quien no lo sepa ya, una bomba de vitaminas, antioxidante, energético, protege el corazón, renueva la flora intestinal, anti cancerígeno... El muesli es recomendado por los mejores especialistas en alimentación. Si además lo acompañamos con fruta como la manzana, haremos que se digiera muchísimo mejor y éste permanezca menos tiempo en la barriga.

El muesli, un alimento excelente

Al no necesitar cocción, las cualidades de los alimentos no se alteran. Contiene gran variedad de elementos nutritivos (proteínas, hidratos de carbono, lípidos insaturados, vitaminas, minerales) por lo que se lo considera completo para la alimentación de adultos y niños, sobre todo por su sabor agradable.

Se aconseja consumirlo una vez por día, preferentemente durante el desayuno.

Con frecuencia, su alto valor nutritivo se ve incrementado por los nutrientes de los alimentos que le suelen acompañar. Entre estos fieles complementos destacan la leche (de vaca o vegetal como la avena), el yogur, el zumo o las frutas.

Una ración de muesli (60-80 gr) contiene proteínas, vitaminas, hidratos de carbono, lípidos y minerales. Es considerado un alimento muy completo, tanto para adultos como para niños, especialmente aquellos que no comen convenientemente o que sufren de estreñimiento..

Cómo hacer muesli en casa (para 1 ración)

2 cucharadas de copos de avena
1 cucharada de pasas
1 cucharadita de almendras
1/2 cucharadita de sésamo negro
1/2 cucharadita de coco rallado
1/2 cucharadita de semillas de chía
1/2 cucharadita de lino
1/2 cucharadita de miel (preferiblemente de roble y pura, sin aditamento de azúcar)
1/2 cucharadita de semillas de girasol
1/2 cucharadita de semillas de calabaza

Mezclamos la miel y los copos de avena y añadimos el resto de ingredientes (la miel hará que se integren a los copos de avena y le den una textura más crujiente).

Se pueden acompañar con fruta fresca, la manzana por ejemplo es perfecta. También podéis añadir nueces, plátano... lo que se os ocurra.

Servir en un tazón con leche de avena, soja o de vaca (ecológica), yogur...

¡Feliz desayuno!


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